viernes, 14 de octubre de 2011

El final.

Julie le cogía de la mano. En su sonrisa un gesto de boca magullada, de vejez. Ella seguía siendo esa niña, y él seguía siendo ese joven que un día la encontró. Lo único que cambia de nosotros son las arrugas que nos recuerdan el paso del tiempo, pero la inocencia nunca se marchita.
Julie no lloró cuando, de pronto, Ben se desvaneció.
Pero ese es el final de la historia.
¿Qué tal si os la cuento desde el principio?
Será con música, con una hermosa banda sonora, como de ecos, como de eternidad, como de felicidad.

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