jueves, 21 de marzo de 2013

Lo siento


Querido yo:
Lo siento.
Te he provocado tantos enemigos que si los reuniéramos ahora para decidir quién te mataba acabarían matándose entre ellos.
Siempre he tratado de echarte la culpa a ti: De cuando era verano y yo quería invierno. Quizás todavía no entiendas que bajo los abrigos nadie es capaz de reconocerme.
He intentado ser amable contigo, pero si me tocas el hombro me dices que debo ser feliz y yo no hago amistad con quien destroza vidas.
Si buscas los espejos: Han convertido los cubos de basura en cajas de música. Suenan mejor que el reflejo que  reflejan.
He visto morir al amor de mi vida entre mis manos, mientras tú la borrabas de la eternidad de tus palabras, quedando sólo besos del mar sobre mis rodillas.
Y sé que a pesar de todo te sientes afortunado. Eso es lo que más odio de ti. 
Yo no.
Nuestra amistad es y será como aquella nota de suicidio que no para de escribirse mientras nos matamos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El perro

Quisiera celebrar antes
que ya que me soltaste
que espero con la correa
a que vuelvas
por capricho.
Si soy un perro
muy mal criado,
con la caricia
amo a mi amo,
si no lo viste
es que eres dulce
y de tan dulce
me volví ciego.
Si soy un perro
perdóname
no soy de raza
ni pedigree.
Si pides mi pata
te la regalo
si no pides nada
me espero un rato.

Pero anochece
la carretera
y comprendo
que ya no vuelvas.
Ya ha pasado
una primavera
y seguiría esperando
hasta que muriera.
Pero soy un perro,
no sé ser más,
robando de los cuentos
la felicidad.
Te la daría.
¿Dónde estás?
Al otro lado
de la casualidad.
Y sé que no
que no volverás.


lunes, 12 de noviembre de 2012

Naturaleza

Piar, roer, aullar tan sólo...
Quedé así tendido y todo
la hierba alta me dejó mudo.

La piel del agua me repta,
dedos, garganta, estrellas,
baila allá de mi pequeña boca.

¿Qué he sido yo, madre?
¡Desnutrido cautivo del hambre!
Lamento de hombre...

Arrasa tranquila la naturaleza:
eran nuestras manos de arena
y no sabe lo que duele.

Por ser poco más que un recuerdo
El dolor que me causa el verbo
acabará matando

aquellos castillos en que veo
al animal que llevo dentro
y no te sucede.



viernes, 19 de octubre de 2012

Soy el que escribe


Jamás habréis oído hablar de mí.
Soy el único que queda vivo
tras una guerra mundial contra mi mismo
Icé la bandera blanca
pero nadie lo supo jamás:
Bajé los brazos para poder nadar
y me ahogué.

El diluvio.
Mientras el mundo se desmorona
-dicen del cemento que son libros preñados abandonados a su suerte-
hay algo en la muerte de las hojas.
Y por un instante
dejas en último lugar
que eres
la criatura más miserable del mundo.

Siempre hay un hueco para lo que amas.
Si me preguntas quién soy
diré
lo que queda de mí en ti.
No soy ni escritor ni poeta.
Soy el que escribe:
Vulgar, simple, último.

martes, 16 de octubre de 2012

Nanas a una gata sola

No importa cuantas veces suene una guitarra
porque siempre será
una sola guitarra.

Y puede que la música hoy no te diga nada
pero si te abrazo
no hace falta decir nada.

Cuando huya por aquella nuestra puerta
recuerda que se gravan
los recuerdos en las puertas.

Y que aquel soñado día de la vuelta
será porque dormido
se me escurría aquella vuelta.



sábado, 13 de octubre de 2012

Violación verbal de una musa callada

Por capricho te dejo caer por aquí:
Palabras, palabras, palabras.
Muerto mientras tanto espero.
Morir
es un estado de ánimo.
Estoy seguro que todo lo demás,
eso que me hablas,
es motivo de carcajada.
Te paras y dices:
Eso es poesía de esa moderna:
Tristeza de poema.

Humo artista.
Humo libre y vuela.

Debe ser eso.

Morir,
arte.
Hundir la mano en el pecho
sentir la carne
caliente.
Pídeme que te desnude.
Cada botón que leo
cierro la mano,
atronador,
últimos sonidos de lo que nos viste.
Luego, aplausos.
Ya estaremos muertos.
Démonos cuenta
de la obra.

Dan la una en mi garganta.
Si te he oído
quiero ser
pliegos, comisuras, sombras,
de tu callada boca
cuando cierras el poema
y me violas.

jueves, 11 de octubre de 2012

Nací señalado y sin distinción - Primera parte - Entrevista a Juan Torres


Como un saxofón que no duerma contigo. Así debe sentirse una madre tras dar a luz a su niño.
En este primer programa nos hemos trasladado al lugar del que parte todo: Un hospital. Pero más concretamente, y lo que marca nuestro futuro, la sala del Descubridor, aquel personal médico que indica cuál es la habilidad, el don, con el que nace cada uno, algo fundamental para entender la sociedad en la que vivimos.
Primero nos reunimos con el director de departamento de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, Juan Torres, para ver por encima cómo se enteraba antiguamente uno de su capacidad, cuándo empezó a regularse…
Surgimos de entre las calles y queda la catedral murciana a nuestra izquierda. Nos acompaña. Como si nos guiara, cubriera del sol, con sus fauces gigantes cerradas, sus párpados, custodiados por santos, las artes, los ángeles… Y la gitana, de varios minutos de anchura, con su vaso del Mc Donald bañado de unos céntimos.
-¿Cómo se han ido descubriendo los poderes a lo largo de la historia?
-Pues desde el inicio de los tiempos lo que se creía, porque era una creencia, es que sólo los elegidos tenían algún don. Sólo los más llamativos, y muchas veces sólo estaba bien visto en los hombres. Me explico: Un hombre de tres metros era propio de merecer una característica de Dios. Pero una mujer cuya voz volviera locos de amor a los hombres de manera incondicional era un pecado.
>>Esto se vio diferente según las culturas. Hay textos egipcios que hablan de la hija de un faraón que se convertía en gato, y claro, la intención de matarla se vio suprimida por una orden del faraón que dijo que si era de su sangre no era mal mostrar habilidades, literalmente lo pone, y que desde entonces los gatos adquirieron un matiz muy importante en la sociedad. Pero si tu sangre no era real y eras una mujer, podías darte por muerta.
>>Esta situación se tradujo un poco a las épocas que fueron apareciendo, con algunas excepciones que permitieron a las mujeres participar en guerras, porque antes, claro, lo que llamaba la atención era esto: Lanzar bolas de fuego, convocar una tormenta que lanzara a la armada invencible al mar… Todas esas cosas que de verdad se puede demostrar y se puede ver.
-¿Y la quema de brujas?
-Eso fue una risa. Eso eran venganzas. Tienes que tener en cuenta que el 90% de los poderes no se ven, pero lo de la quema de brujas fue una salvajada. Era un ojo por ojo. Un día tú acusas a mi mujer de ser bruja, la quemas, y luego yo a la tuya, y el marido de la última señala a la hija, pero es que la hija tenía un amante que decide señalar a la hermana del marido de… Hasta que se paró.
-Pues vaya, menos mal que en algún momento pararon…
-Bueno… La historia ha demostrado que queda esperanza al descubrir que algún momento alguien parará de hacer daño.
-Y hablando de descubrir, ¿cuándo empieza a crearse la figura del descubridor?
-En algunas tribus ya existía esa una figura que decía y aconsejaba a los demás sobre qué hacer con su vida. Los señalaba como guerreros, o cocineros, narradores… Pero donde se hizo por primera vez de manera más formal frente a una sociedad más amplia fue en Japón. Las familias presentaban a sus hijos a un “descubridor”, al Hakken-Sha, y los enviaban a una orden bushi para convertirlos en samuráis. Y del primero que se tiene constancia es sobre el año 800. Aquí hasta mediados del siglo XIX no se hizo caso.
-¿Año 800? ¿Y si su poder no era dado a ser guerrero?
-Pues no importaba porque se decía que cualquiera podía ser un buen guerrero si mezclaba su arte con el de la espada, que era un don supremo que tenía que aprenderse.
-Vaya, al contrario que ahora, que si tu poder no tiene nada que ver es complicado que te adjudiquen ese trabajo.
-Y por eso los padres se lamentan más ahora que durante la época antigua de Japón.
-Pues mejor nos vamos a ver a una familia que acaba de tener un hijo, a ver qué nos encontramos y lo vivimos de primera mano.
-Pues perfecto, suerte.
-Gracias, Juan.
-A vosotros.

sábado, 6 de octubre de 2012

Podremos ver - Cabecera

Muchos se preguntarán por qué elijo esta música. Elijo esta música porque me parece inquietante, porque ese peinado de violines es pasión, y es baile de cabellos y cabellos en la tabla de un barco a punto de hundirse, obligándose a mirar a los lados y con las manos sujetándose el uno al otro. La quietud de lo impensable sucede.
A lo largo de estos reportajes podremos ver cosas apasionantes, acompañadas de atrezzo de la realidad, tan salpicado a veces de injusticia. Pero si algo he aprendido con el tiempo es que la justicia es de todos, y es de nadie. Que pocos habrán visto su nacimiento como para recordarlo, pero dicen venir de allí. Que tras morir, uno se muere, pero nadie muerto lo ha asegurado. Que el 99% de la población se quejan de que no le entienden personas a las que no entiende. Que cambiar es de camaleones y de túes, nunca de yoes.
Así a grandes rasgos.
Pero luego, si cerramos un poco más el objetivo, nos encontraremos con hechos apasionantes. Un hombre enamorado con tendencias suicidas lanzándose al mar más profundo del mundo. Un mendigo con su armónica no queriendo abandonar la pobreza para no dejar la calle por la que pasaba ella. Una niña esperando en la ventana al gato que no había muerto. Un gato, sobre un calcetín, esperando a quien no apareciera jamás.
Conversaciones...
-El peor don del mundo... Tener paciencia.
-La habitación más grande es la calle.
-Nos han educado a alcanzar el número uno en el podium, pero no que se encuentran en la mirada.
-La libertad suprema es un camino en profundo ruido hacia la soledad.
-Se reivindica que no se puede comer el dinero pero tampoco se puede uno alimentar de ideales.
-Si lloramos solos no estamos llorando.
-A la vejez el poeta responde si sonríe.
-Y cuando nos veamos con todo lo que hemos conseguido, ¿a quién se lo vamos a dedicar? ¿Al espejo? Al espejo no le importa nada lo que hagamos, porque en el espejo somos nosotros quienes aparecemos, y no nada que más repudie una persona con su misma imagen si busca una respuesta.
-No podemos conformarnos cuando nos dan pan porque querremos mantequilla, y luego querremos el cuchillo, y una servilleta, y una mesa, y un techo.
-El hombre nació desnudo, ensangrentado, y rodeado de gente que sin conocerlo ya lo amaba. El amor puede surgir sin conocernos de nada, pero hasta el hijo más fiel acaba huyendo de casa.
Nada.
Nada es fácil.
Lo podremos ver. Se lo puedo enseñar. Pero quizás no quiera, porque ya lo haya visto, porque ya lo supiera.
Podremos ver.
Debe usted abrir lo ojos.

martes, 25 de septiembre de 2012

La voz de la caverna

No soy nada de lo que te prometí
la imagen confusa del espejo
se arrepiente de pertenecerme.

Los poemas que escribo
estos versos
están ya muertos.

Un poeta como yo
nace
para ser enterrado.

No le debo más cuentas que al olvido
que con su voz de caverna
repite jactante y silenciosa
"tienes lo que te mereces".

Nada, señor. No tengo nada.

Poeta muerto

Es un día duro para los soñadores.
¿O es de noche? No sé...
Puede declararse cada uno perdido
dónde quiera, dónde pueda.
¿Acaso elegimos nuestro féretro?
Morirse queda caro,
y no me dan permiso para vivir eternamente.
Las bocas que puedo alimentar
no comerán las letras de mi cultivo.
No somos más que lechugas
abandonadas a merced de los cuervos.
Los gatos me entienden.
Ahora mismo uno intenta comerse
las fuerzas con las que te echo de menos.
Es al único al que es escucho cuando habla.
Y a los hombres muertos,
porque ellos no sienten la necesidad
de que odie a nadie
salvo a ellos mismos
como yo me odio.
Es triste darse cuenta
de que uno es más poeta
cuando menos quiere serlo.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La ciudad de los gatos

Por muchas vueltas que diera la ciudad estaba obtusamente vacía. ¿Dónde aquellos patos bajo el puente que pretendió en adivinar entre ellos un cisne? Sólo el ruido de las aguas raspando como si fuera el silencio prolongado por una mano sobre la arena.

Ni gaviotas, más al fondo, de mirada en sonrisa más oscuras que las nubes. Ni perros, ni dueños de los perros, ni correas estiradas sobre puños abatidos. ¿Dónde? 

¿Estaba gritando? Quién sabe... No hubo quien se asustara, ni pupilas temblorosas la acusaron de locura. Quién sabe dónde estaba todo el mundo. No tras los escaparates. Tras los escaparates sólo ella. Tras los pasos de peatones, rojo y verde caminante, sólo ella. Tras los coches, todos a fila, sólo ella.

La ciudad era un laberinto de casas vacías y de gatos, pero todos sabemos que lo gatos no existen.

¿Dónde estás? Hablaba para sí y le respondían las placas de las esquinas, algunas desgastadas, otras brillantes, pero todas impasibles. Los nombres de los comercios brillaban distinguidos hasta volverse hoja del mismo cereal, por lo que se fue hasta un callejón, hundiéndose en sí misma.

Una lágrima cayó a los pies de una palabra: 

Sé que existo porque tú eres capaz de hacerlo realidad.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El nuevo jazz

El nuevo jazz viste ahora pantalones vaqueros.

Los negros ya no están mal vistos.
Los llaman presidentes.
Y no tienen motivos para esperar en la barra
otra copa de whisky
con la corbata bien desabrochada
mientras la mujer canta
vestida de estrellas.

Un señor, al otro lado de la barricada, dice,
este poema está demasiado narrado,
y yo le digo que este vaso está demasiado vacío,
que si tengo dinero el poema no importa,
y que si todo el mundo lo lee, menos ella,
nadie entonces lo habrá leído.

Y sosteniendo el vaso
sé que puedo creer en ti
en tus tres formas distintas de mirarme desnuda.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Balcón en Praga

Recuerdo a un profesor que me decía

"De aquí a dos días me jubilo.
Este año no me han dejado libre.
Me han dicho que debo quedarme.
Pero cuando me vaya
me iré a un balcón de Praga
a ver mis últimos años
como las páginas de un libro
al que no le prestas mucha atención
pero te ha enamorado toda la vida.
Cuando cierre los ojos,
el amor dejará sostenido el libro
sobre mi regazo
y yo estaré sostenido sobre el regazo
del amor, con esos ojos...
Con la conciencia entonces
de que los ojos no envejecen,
de que son máquinas del tiempo.
Y yo recordaré libros quemándose,
¡en la universidad, sí!
¡La universidad en llamas!
¡Los despachos contienen profesores de ignorancia!
¡La sapiencia se derrite en las chimeneas!
¡El humo es la sangre de los poetas!

Antes era un hombre de ilusión...
Ahora sólo me queda Praga y un balcón...
Y una mujer joven, 
que sostiene en los ojos máquinas del tiempo,
a la que hace varios Quijotes que no le pregunto
¿sigues amándome
a mí
que sólo te di lo que tiene cualquiera?
¿Que dejé de escribir,
que dejé de hablar?
Sólo la contemplo.
Pero cuando muera y me abran el pecho
para dar explicaciones
huirán mariposas con tu nombre,
que no dirán nada.
No soy más que un hombre callado.
Y es que un hombre callado
es un hombre perdido."

Murió un mes más tarde.
Sólo hubo balcón en Praga
en los sus ojos...
Ventanas a otro tiempo.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Granizo entre la lluvia

Yo quería ser poeta.
Porque un día vi a esos hombres,
durmiendo entre las páginas,
gritando en las paredes
cosas que no entendía.
Y quería entender hasta sus últimas palabras.
Ellos que estaban en los pilares
en los cimientos de las calles
también lo estaban
en los cimientos de las lágrimas.

Entonces pude verte.
Y supe que
sólo puedo ser siendo de tu boca.
Que duerme entre las páginas,
grita en las paredes
cosas que no entiendo.
Y quiero entender hasta tus últimas palabras.
Tú que estás en los pilares,
tú que estás en los cimientos de las calles
también lo estás
en los cimientos de mis lágrimas.

Y comprendí que puedo morir sin ser poeta,
pero nunca jamás siendo de tu boca,
pues entonces yo sería granizo entre la lluvia.

sábado, 8 de septiembre de 2012

El último poema

Y cuando hubo firmado con un punto su último poema, este estalló y los retales de la tinta y los resquicios de la madera hicieron retroceder al pobre escritor, que cayó al suelo, sin previo aviso de nadie, arrancado de las manos de un asiento umbilical, con los ojos emponzoñados en ceniza, los dedos hacia arriba como si fuera de un hombre a un insecto, que viéndose confuso ante sus manos, se dio la vuelta y a gatas huía de los techos en llamas, de las paredes encendidas y de las lágrimas negras que caían de los álbumes de recuerdos de personas desconocidas que jamás descubriría.

Se vio con fuerzas, y corrió por los pasillos. Se magulló las rodillas. Se magulló también el pecho al caer derecho sobre un lecho de rosas. De jarrón nada, ahora un recuerdo, partido, el agua derramada colmada de peligros, y las palmas empecinas en equivocarse, en volverse a caer, que mientras la casa ardía la puerta cerrada como una boca colmada de secretos. Tuvo que coger una fotografía, y a fuerza de martillo golpear el pomo para dejarla destrozada en el pasillo. Las sonrisas ahí descritas fueron pasto de las llamas. ¡Ay, fotografías! ¡Cómo se lamentaba! Porque las fotografías significan. El marco, significa.

Mas uno se detiene entre los pilares de mármol que configuran su cocina, y por la ventana un susurro: "He nacido en medio de una guerra", piensa el hombre. "Por la ventana veo las nubes compuestas de discos de vinilo, ¿por que nadie se acuerda nunca del que le pone nombre a las nubes? ¿Del que nombra a las estrellas? Nos acordamos del ruido, no de las palabras. Nos acordamos del semáforo, no de sus colores. Del coche, de su luz que nos deslumbra, pero para deslumbrar, primero ha de ser uno luz. Y quiero saber yo, ¿qué fue antes? ¿El hombre o la ley? ¿El sueño o el soñador? ¿El verano o sus amores? ¿Seré acaso un eterno amor de verano para las memorias de las hormigas? ¿Cuál es mi número de prisionero?".

Al echarse agua al pescuezo, las llamas se fueron acercando. Con la casa llena de mordiscos, y el por las paredes, apoyado, buscando una salida. Dejó atrás los discos, las películas, y los libros. Ellos nunca morirían. Uno de ellos no. Uno de ellos lo dejó bien junto a su pecho y dijo "Dios, si alguien tiene que morir, que sea yo", y del cielo cayó la madera, lastimándole en un pie, que alimentándose de esa manera le sirvió de bastón y como pudo, de allí se marchó, que a los pies de su hogar, con la casa en llamas, en una calle más grande que el mundo, nadie pudo salvarlo. Aquella noche no era triste, pero sus ojos enceguecidos por el humo predijeron que las tijeras son el olvido, y el hombre es el hilo.

Más tarde, un policía antes de entrar en el hogar quemado pudo ver a unos metros de la entrada, sobre una pila de ceniza, un libro de Los Miserables al que no le dio importancia.

-¿Fallecidos? -preguntó a otro agente.

-Nadie, señor.

Recorrió hasta el último lugar hasta encontrar la fuente del incendio, y pudo ver entonces un papel en el suelo  que decía lo siguiente:

No queda de mí más que los restos que dejen mis palabras. 
No queda de mí más que nada.

miércoles, 29 de agosto de 2012

El hombre inmortal

-Yo viviré eternamente.
Tú apenas te acordarás de mí
cuando volvamos a encontrarnos.

Y ella, diminuta y de ojos grandes,
hinchó sus mejillas y le dijo
que no, que siempre le recordaría.
Tenía apenas ocho años
y era grande.

El hombre inmortal cerró la puerta.

Luego pasarían treinta años.
Ella elegía aquellos de azúcar
o los otros de cartón.
En el carrito un niño gemía.
Era tan pequeño
que no era nada.
Con un suspiro
los otros
fueron elegidos por ella.

-Tiene usted un niño muy guapo.

-Gracias, dicen
que se parece a mí cuando pequeña.

-Yo conocí a una niña
igual que este niño.
La niña
era grande
como sus ojos.
Narraba la vida al mirar.
Esa niña 'sería una heroína"
pude escuchar
que lo decía
sin maldad.

-Cosas de cuando eres pequeño.
Yo antes era igual.
Creía.

-¿Y cree en la inmortalidad?
Yo viviré eternamente.
Tú apenas te acordarás de mí
cuando volvamos a encontrarnos.

-Lo siento, señor,
pero nunca me he cruzado
con alguien que no conozco.
Pero jamás le olvidaré.

Y pasaron cincuenta años.

Máscaras de un cruento carnaval
respiraban por ella
y su pecho se divertía.
Una flor que nunca vería marchita
cayó de la mano de un hombre.
Ella anciana abrió los ojos
y puso mano a la mano.
Piel pulcra, blanca y bella
como los recuerdos de antaño.

-¿Quién es usted?

-No lo sé,
dímelo tú

Y cerró la anciana los ojos
con la mano atrapada
bien fuerte.

-No lo sé.
He olvidado
por olvidar,
como ir en la montaña a la cima,
y he acabado siendo un monte.
He olvido la presión en mis oídos
por no ahogarme desnuda en la orilla.
He dejado los recuerdos en arcones
y al final se han vuelto maldiciones.
¿Qué queda de mí?
He olvidado que soy
una prolongación de mi cuerpo.
Que los ciegos besan
con los ojos bien abiertos.

-Bella.
Le dijo simplemente,
y le besó la frente,
y le cerró la puerta.



El buen soldado

Amar es esperar a que te hablen.
Es ignorar las monedas como ríos,
usarlas como puentes a otra parte.
Amar es esperar en el baluarte.
Contemplar detenidamente
el azul de nuestra fotografía.

Las ruinas. ¿No te has dado cuenta?
Mientras pinta las nubes
nadie se percata del que contempla.

Manos de pedruscos de nostalgia.
Nadie jamás se percata
de aquel al que la soledad acompaña.

Si te preguntan que ha sido de mí
contesta que he muerto esperando
como un buen soldado.

martes, 28 de agosto de 2012

Yo la vi

Tremendismo final en la lágrima última sobre mi boca.
Llenando el macuto de espadas sueños y derrotas.
Dejé un rincón para ti, fuiste mi última historia.
Y ahora no sé vivir sin mirar atrás.

El camino fue la cicatriz de nuestros destinos.
A sus lados crecen las hierbas vestidas de rocío,
perdiendo su filo tanto las espadas como los libros
y a la vez su voz.

"Y es que yo la vi
desnuda antes mis ojos.
La llamaba selva,
bosque, o volcán
en erupción.
Tempestad en llamas
Iceberg partido en dos,
ama de los desastres
naturales
de Dios".

La Pirata

Te preocupas de las riquezas
dormida.
Yo como un espíritu que narra
vidente
del lecho de oro en el que yaces,
contemplo
tu figura desde lejos, desde la pluma
del ave
que un día descansó en tu ventana.

Cuando cierro los ojos
soy el padre de Hamlet
en la carne de Otelo
que te pide que vengues
la frialdad del sueño.

Y lo hago
porque dice tu piel
que surcar los mares
es peligroso.

Pero yo te he visto nacer de entre el mar en llamas.
Chimeneas desde tus pies tiñendo el cielo,
me atacaste con la furia de un ángel de piedra
y tú vestida tan sólo con una calavera.
Hundirse en las aguas es morirse poco a poco...

Yo tuve que ser ahogado.

Y no fui hasta entonces
consciente de mi ceguera.




sábado, 25 de agosto de 2012

La dama y el vagabundo

Tengo la ligera intuición
de que cada uno puede encontrar su tono de voz perfecto
y ser un cantante digno de admirar
rodeado por las masas
por el éxito.


eres mi tono de voz perfecto.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Sometido a las leyes del tiempo


Arrugas como notas musicales
quedan grabadas en mis manos
luego de haber rozado tus cabellos
toda  mi vida.
Y las miro un rato.
Sé que pienso
"cuando era un animal
hacía poemas con ellas.
Yo lo llamaba
desnudarte."
Y siempre llevo un sombrero
por la sombra.
Y siempre llevo un libro entre las manos
uno de amor
para no verlas.
Para no verlas nunca
jamás.
He envejecido.

Sometido a las leyes del tiempo
yo me hallo.
Y donde no te hallo no me haya
locura más vulgar que el abandono.
Algún día seré mío.
Pero no será hoy, ni nunca, ni nada.

martes, 21 de agosto de 2012

El apartamento

Cuando metemos la llave en el cerrojo suena como un motor, o como la cuerda deshaciendo nuestra mochila y dejando caer un paracaídas.
Todo esto, señalamos con la mano, es nuestro. Podemos contar por cincuenta los pasos que hagamos dentro. Aprenderemos un nuevo significado de la palabra cincuenta. Se nos darán mal las matemáticas porque haremos matemáticas que serán nuestras, de nuestro apartamento.
Dos será uno.
Nos quedamos bajo el marco y no sabremos del todo cómo decir que nos pertenece. Porque algo nos pertenece, reconocemos mirándonos uno fijamente al otro. Allí es donde tú dejarás, cuando quieras, tu abrigo. Y podremos dormir donde nos plaza. Ya no pertenecemos a ningún país. Desde el balcón colgaremos una bandera y nos declararemos en el reino independiente de Vera.
La bandera, por cierto, será de la misma tela que ese paracaídas, y tendrá como blasón tu boca.

Si nos abrazamos lo suficiente
nadie podrá conquistarnos.
¿Qué es matar?
Me pregunto mientras me siento y escucho el preludio de la suite número 1 de Bach. Ah, qué debe ser matar, si alzo la copa y huelen sus labios a vino, y sabe a vino. El vino... recuerda a cosas. Es el perfume de las bebidas, y pinta como la sangre. Quizás todo es una mentira y en realidad estamos bebiendo sangre. Eso explicaría muchas cosas. Explicaría por qué me emborracho cuando te muerdo, o por qué me vuelvo loco cuando no puedo tener, desesperado, abriendo las puertas de las casas, como si las casas fueran las culpables, y dentro me encuentro a gente sentada escuchando la suite número 1 de Bach que me pregunta qué es matar, con los ojos desorbitados y los labios manchados de sangre y vuelves al hogar, cerrando las puertas como hojas secas, como si siempre fuera otoño, como si sólo pudiera ser otoño y te quitaras las hojas secas del pelo hasta que llegas a casa, y te sientas, y me sostienes, y mientras me dejas que te beba y suena la suite número 1 haces que me pregunte,
¿qué es matar?
Pues matar debe ser
acabarse la botella.

domingo, 19 de agosto de 2012

Tu boca

Sólo existe tu boca.
Tu boca que son tus manos.
que son tus ojos,
que son sábanas
al viento,
persianas abiertas
por las mañanas.
Que son las mañanas.
Sólo existe tu boca.
Alimento de libertad
las alas
los nidos
el viento.
El bosque con sus peligros
y los peligros.
Sólo existe tu boca.
Tú boca que es el fuego
que deja arder las leyes
a los pies de los hombres.
Y los hombres
por el viento
sólo piensan en tu boca
que es lo único que existe.

sábado, 18 de agosto de 2012

Sólo 15 días

El primer olvido de la espera
el de contar.
Ya me miro las manos y digo
que tantos dedos
¡qué inútiles!
Sólo queda arena
y tú pulsando un botón y diciendo
es bonito
y yo te daré la razón
lamentándome
por no poder darte toda la arena.
Nuestras pupilas se besan con lengua,
y me dices
apenas quedan quince días.
A penas,
a penas,
a penas.

domingo, 12 de agosto de 2012

Summer RoadTrip


Tengo la mala costumbre de mirar a la derecha
Y sonreír
A la altura de tus ojos.
Dices que los tengo extraños
Y me devuelves la sonrisa
Con ese cuchillo de afilar las palabras
(¿Te he dicho ya que manchas de pintalabios mis poemas?)
Esperar es conducir.
Esperarte
Es tener tus dedos sobre mi nuca.
Inocente como un gato.
Y parece que decir que llevas un vestido blanco
Es como hablar sobre la belleza.
Sube la ventana.
Entra mucho calor por tu boca
Y nuestro camino, espero,
Será extenso
Como cualquier distancia que nos separa.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Las copas que no se besan,
bailan
sobre el tablón de madera.

Vienes todos los días
y no sé si me escuchas.
No sé si me escuchas.

Porque nunca hablo
pero te digo
lo que me dices que diga.

Las copas que no se besan,
bailan
sobre el tablón de madera.

Has pedido otro café
mientras con el paño
limpiaba el metal.

Has pedido otro café
mientras por la copa
dejaba de tocar.

Vistes de seda
con el corte hasta los pies.
Chaqueta de cuero
y botines con tachuelas.
Tu pelo llega
hasta que abro
los ojos.
Prefiero seguir tocando
a mirarte
a los ojos.
Creo que son de miel.
Son tan raros, tan dulces tan tuyos tan tan tan...

Que si pides otro café
tendré que marchar.

Síndrome de diógenes

Me miras con esos ojos de fruta
y esos labios de agua
y me crezco desnudo en mi barril de sábanas.
Dormida pareces
un iceberg que se parte de otra ladera
y que yo fuera el mar helado
que se resquebraja por ti las vestiduras
y se hunde.
Si me tapas el sol
veo la luz.
Si me preguntas qué quiero de ti
te respondo
morir marchito.


martes, 7 de agosto de 2012

Para llegar a París

Sólo recuerdo el calor
cuando invierno se pone una bufanda.
Y la bufanda que yo visto
me aprieta la garganta.

Sólo veo el cielo azul
cuando se escapa el sombrero.
Puede que el cielo esté triste
pero yo lo estaba primero.

Y hablo con un animal
que normalmente no dice palabras.
Si me escondo a maullar
es porque me acuerdo de tu cama.

A mil kilómetros vi
un hogar para los dos.
Una torre hecha de metal
invadida por rulots.

¿Dónde está aquel hombre?
El que usaba como arma poemas.
Pareciera que quería utilizarte
para borrar los problemas.

Y al fin concluyó
que para llegar a París
sólo necesitaba
unos labios para morir.

lunes, 6 de agosto de 2012

Aún me quedan fuerzas

Aunque no se me escuche
hablo con la voz de un gato.
No quiero ser ninguna parte.
No quiero esperar entre contenedores
ni respirar los hedores de la estupidez,
de mi propio sudor,
de mis propias zarpas jugando con la víctima,
ese pájaro cantor que hacía sombra con su canto
y yo me regodeaba en su canto.
Pero cuando lo he matado todo
quiero poder decirte que soy mi peor enemigo
y que me mato
al no saber el límite entre animal y hombre.
Quiero pedir perdón:
Aún me quedan fuerzas para cometer otra estupidez,
hablar como te escribo, decir que
no hay nada más bello que acostarte sobre un verso
que si no duermo en la luna
buscándote en la arena
siendo entre los dos un nuevo mar
no vale la pena luchar.
Y si me absorbe una estrella
yo ya habré estado ciego.
Y si me come la luna
Quiero que sea con tus besos.
Pero después de la playa
aún me quedan fuerzas
para decir "qué idiota, anda tira, y sueña".

sábado, 7 de julio de 2012

Nubes

A veces soy un cobarde
A veces soy un cobarde y tengo miedo
de mirar solo a las nubes
y que nadie más las mire a mi lado.

Escribir debe ser algo parecido
a lo que hacíamos con las nubes de pequeños.

Allí hay una isla
pequeña diminuta.
Allí hay un barco
que se hunde.

Pero entonces tú me dices
"no,
está saliendo a flote".
Me dices que no es imposible.
Que nuestras son las nubes.

Yo te miro.
Y veo nubes
y digo

"allí hay un beso".

lunes, 2 de julio de 2012

Encuéntrate, encuéntrame

Creo que estuve buscándote
Toda la noche
Mientras los perros ladraban.

Los perros ladraban
Y las estrellas no sabían hablar.
Sin idioma aparente
Anduve perdido tanto tiempo.

No te encontré en ninguno de los verbos
Que labró la madera
Con el paso del tiempo. Tanto tiempo…

Pero sé que existes:
Inmortal y dulce.

Y aunque no te encuentres aquí, conmigo,
Soplarás en los vientos de los hombres
Tras una victoria, a su lado, como una vela.

Pero en el hombre derrotado, el moribundo,
Estarás en su paso, estarás en su motivo
Para dar ese último amago, y soplarás,
Para darle paz.
Y volverás a aparecer en los discursos
En voz alta:
Te escucha el hombre vivo
Y el tumbado.

Y yo te estuve buscando toda la noche,
Porque soy ambos hombres,
Y ninguno.

sábado, 30 de junio de 2012

Gato y Muchacho

-Y yo le dije, eh,
no puedes marcharte así por las buenas,
todavía tenemos mucho que contarnos.
Y entonces estiré la pata
como si fuera a dejar de alargarse.
Pero se acabó alargando, ¿sabes?

-Se dice largando.

-Se diga lo que se diga, duele.
Y yo sólo soy un gato callejero.

-Y yo un humano de ciudad.

-Y lo fomento. Vaya si lo fomento.

-Querrás decir lamento.

-Sin humanos de ciudad no habría gatos callejeros
que de vuestras cartas sobran latas
y vuestros coches dan la sombra
a las bocas de las alcantarillas.
Es un buen lugar para procrear.
Pero no hablemos más de ti. Es lamentable
echar de menos.

-Lo fomento. Lo fomento.

-Tu egoísmo sólo riega flores muertas.

-Si quieres te ayudo a buscarla.

-¿Flores muertas?

-A tu gata parisina.

-¿Cómo? ¿Un humano como otro?
¿Qué tienes de especial para hablar con un animal?

-Hablo con ellos a diario.

-No me convences. Ráscame la oreja.
No está mal. Te enseñaré por el camino.
¿Sabes caminar?

-No lo sé.

-Pues espero que te guste la música.
A mí me gusta la música.

domingo, 24 de junio de 2012

Bonsái

No es fácil emborracharse con agua
ni pretender crecer a las tres y pico de la mañana.

Poco a poco me voy curtiendo
y las ramas se me quedan algo angostas
frente a rascacielos,
hogar donde viven los que no existen.

Un bonsái es el único recuerdo que me queda
de que la naturaleza está hecha para decirle
"voy a buscar la manera de superarte"
como si de una madre jovencísima se tratara.

Y cuando todo parecía imposible
volé de los cielos todos los edificios
viajando a cada una de las azoteas.

Pero no siempre quiero estar arriba,
a veces añoro la sombra,
tumbarme sobre la proyectada sombra
de un bonsái.


sábado, 23 de junio de 2012

Más de lo que debería

Dijo un hombre
que el poeta publicaba mucho más de lo que debería.
Pero
es que el hombre camina más de lo que debería
y habla
muchísimo más de todo lo que debería.

Pero es que un hombre sabe contar demasiado.
Sabe contar hasta belleza
y quedarse en las puertas de las iglesias
con dos dientes por boca
pidiendo agua
porque tiene sed.
Y al encontrarse desnutrido
mirar a las puertas
sin hogar.
Porque
el hombre construye más hogares de los que debería.

Pero un hombre debe fracasar más de lo que debería,
para darse cuenta,
sonriendo
                de soslayo,
que un hogar no se construye

un hogar te devuelve la mirada.

viernes, 22 de junio de 2012

Cosa de las palabras.

Para MVG

Imaginemos que por un instante todas las soledades que nos competen
no hicieran piedra.
Bien podrían llamarnos de segundo engreídos.
No somos nada sin que nada exista.
No somos voz sin que nadie nos escuchara.
Bien podrían llamarnos de segundo infieles
por callarnos tal vez demasiado tiempo.
Por callarnos tal vez demasiado tiempo
pero no callarse, sentir tributo al silencio.
Silencio es el síntoma de un beso,
de una palabra.
Dicen que la palabra es inútil,
pero no hay peor arma.
Porque matar simplemente es de necios
pero matar y seguir viviendo es cosa de las palabras.
Porque vivir y seguir matando
es cosa de las palabras.

martes, 5 de junio de 2012

All that shooting stars...


All that shooting…
All that shooting star…
That star dying…
And Im dying once…

Take the sand into your eyes
i though i cant to see you in tears.
The trees are autumn again
when everywhere is nowhere.

I have a house
but it's to weak.
Is in the cloud
when noone can see me...
when noone want see me...

And then i found in every night
or when the movies dies.
And then i stand up and clap
when i see you in the star

And all that star shooting
are painting your smile.

All that shooting...
All that shooting star...
That star dying...
And Im dying once...

And i need you in the rain
And i need you in the rain...

El monstruo

Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo te mira a ti.
Nietzsche.

¿Soy un monstruo?
¿He devorado miles de niños?
¿He acabado con naciones?
¿Maté por envidia a mi hermano?
Llevo tanto tiempo mirándome las manos
que ya no sé como era el mundo antes de que lloviera.
Y deben odiarme tanto...
Porque el puñal que me pesa
no puedo quitármelo...

Porque
           soy
                 yo
                     mismo...

lunes, 4 de junio de 2012

Soy


Nunca miraríamos al cielo, si no fuera por las estrellas.
Yo nunca me miraría al espejo del ascensor
si no te viera alrededor de mis brazos con una manzana.
Y yo sin ti soy como noche sin estrellas,
una sombra de otra sombra, que no vale la pena mirar.
Soy como el trompetista que nunca sopló.





Datos irrelevantes.


Hay un dato irrelevante en esta historia, y sin embargo, es el más extraordinario.

Antonio fue a comprar el pan. Fue a comprar el pan vestido, con las gafas bien puestas tras soplar un par de veces, y pasarle una servilleta.

Antonio pagó a la panadera de más, esperando las vueltas con una sonrisa más. Había sacado el dinero de su bolsillo automáticamente.

Antonio volvió entonces a su hogar, con dos barras de pan, las gafas limpias y bien puestas, y calor. Mucho calor.

Cuando fue a abrir la puerta, comprendió que algunas necesitaban una llave. Una llave traída de casa, o del hospital del que proceden las llaves.

Antonio fue entonces a llamar por el móvil, justo en el instante en que la mujer de su vida pasaba a su lado. Algo consternado, no le dio importancia.

Las llaves se estaban pegando una juerga junto al móvil, comprendió. La infidelidad le cayó como un puñal.

Contemplando la cabina, comprendió que sin monedas, no había gloria.

Para cuando apareció su vecino habían pasado trescientas diecisiete personas frente a él, y descubrió que todos llevaban el mismo coche.

-¿Por qué no le has pedido el móvil a la camarera? –quiso saber el vecino un instante antes de dejárselo. -¡Vaya! No se me había ocurrido.

-Vaya… Para ser un músico reconocido mundialmente eres un poco despistado. –Sí… Gracias, por cierto. Voy a llamar al cerrajero.

Este hombre en realidad llegaría a tener dos mil quinientos años. Luego, se olvidarían de él.

viernes, 25 de mayo de 2012

Las galletas del desayuno


Y sin saber lo que hicieron,
Los amantes
Echan a andar por su obra,
Que parece un día más.
                Pedro Salinas.

Palmo a palmo
Fuimos poniendo
Las nuevas calles.
Cuando tú
Debías levantarte temprano
Yo volvía de afuera,
Con las manos de alquitrán,
Con los labios de rocío,
Y algún racimo de flores en el pelo.
Inventé la gasolina,
El motor
Y el autobús.
Pero sobre todo
Inventé el número del autobús.
Mis disculpas
Por hacerte esperar
Todos los días.
No existe obra perfecta.
Por eso le puse tu nombre
A las galletas del desayuno.

jueves, 24 de mayo de 2012

Querida mía


Querida mía
Nos educaron para no recordarnos el uno al otro.

Sales a la calle
Cruzas el puente…

Ni una imagen en blanco y negro
Salvo las de los poetas
Y nosotros, ¿con qué cámara salimos vestidos?

Querida mía
Nos equivocamos todo el rato de religión.

Elegimos no tener ninguna
Y acabamos acertando.

Desde el mismo balcón desde el que vimos las palmeras
la gigantesca mano del hombre
fue cortando las flores de nuestra plaza.

Querida mía
Yo quería decirte que podrán coger un día tus huellas dactilares de mi espalda,

Cuando mueras como lo hicieron los mejores,
Cuando aún quede algo de ti en los suspiros de los hombres.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Todos los poemas que escribo son poemas de amor


Todos los poemas que escribo son poemas de amor.

Aquellos sobre la derrota
Cuando no me quedan fuerzas
Ni para pagar un taxi
De vuelta a mi otra casa,
La vacía.

Aquellos sobre los cuentos,
En los que te decía algo
Y luego lo negaba
Cerrando el libro
Partiendo el lápiz,
Arma del delito.

Aquellos sobre los animales de compañía
En donde el encadenado
Encadena
Al encadenador
De por vida.

Y los perros podrán resumir mi poesía así,
En los cuentos,
Preeliminares de las derrotas.