martes, 21 de agosto de 2012

El apartamento

Cuando metemos la llave en el cerrojo suena como un motor, o como la cuerda deshaciendo nuestra mochila y dejando caer un paracaídas.
Todo esto, señalamos con la mano, es nuestro. Podemos contar por cincuenta los pasos que hagamos dentro. Aprenderemos un nuevo significado de la palabra cincuenta. Se nos darán mal las matemáticas porque haremos matemáticas que serán nuestras, de nuestro apartamento.
Dos será uno.
Nos quedamos bajo el marco y no sabremos del todo cómo decir que nos pertenece. Porque algo nos pertenece, reconocemos mirándonos uno fijamente al otro. Allí es donde tú dejarás, cuando quieras, tu abrigo. Y podremos dormir donde nos plaza. Ya no pertenecemos a ningún país. Desde el balcón colgaremos una bandera y nos declararemos en el reino independiente de Vera.
La bandera, por cierto, será de la misma tela que ese paracaídas, y tendrá como blasón tu boca.

Si nos abrazamos lo suficiente
nadie podrá conquistarnos.

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