Querida mía
Nos educaron
para no recordarnos el uno al otro.
Sales a la
calle
Cruzas el
puente…
Ni una
imagen en blanco y negro
Salvo las de
los poetas
Y nosotros,
¿con qué cámara salimos vestidos?
Querida mía
Nos equivocamos
todo el rato de religión.
Elegimos no
tener ninguna
Y acabamos
acertando.
Desde el
mismo balcón desde el que vimos las palmeras
la
gigantesca mano del hombre
fue cortando
las flores de nuestra plaza.
Querida mía
Yo quería
decirte que podrán coger un día tus huellas dactilares de mi espalda,
Cuando mueras
como lo hicieron los mejores,
Cuando aún
quede algo de ti en los suspiros de los hombres.
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