Cuando por las ventanas del tren
se difumine el olor de los veranos
sabremos que perdimos el billete de vuelta
al lugar donde descansan los sueños:
los baules repletos de infancia.
Y lo único que nos quedará nuestro
será la vacía bolsa de equipaje
que ajada por las torpezas del tiempo
se encuentra marchita por fuera
pero llena de poemas por dentro.
Y si la parada que me elija
ignora los besos que guardo en la frente
escribiremos en sucio nueva poesía
y ese será nuestro billete.
Me encanta.
ResponderEliminarMuy bueno putita mía.
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