-Que no existe.
-¡Que sí existe!
-¡Que no, deja de insistir, solo está en mi imaginación! Además, ¿tú que vas a saber de seres fantásticos?
-Pero como que... ¡Si yo soy un unicornio! ¿Sabré yo más que tú solo por eso?
-Uuuuh, un caballo al que le han medio puesto los cuernos. Anda, vámonos dragón, que aquí la gente se empeña en lo que no debería empeñarse.
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