La primera vez que la vi no supe si era aire o metáfora. Me acercó el viento. Me arrastró la tierra, el barro, el agua de las farolas. La encontré ahí, no como se encuentra una moneda o la hoja de un árbol. La encontré como se encuentra un paraguas, un abrigo de mi talla, un poema cuyas palabras atraviesan mi pecho como una flecha de madera.
Inyecta las sensaciones del que se enamora. Es un instante magníficamente prolongado. Me gusta muchísimo.
ResponderEliminarBuen ritmo!
ResponderEliminarMuchas gracias chicos!
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