domingo, 11 de marzo de 2012

Por vicio

Por el mismo motivo que el humo de un cigarro
se extiende hasta el cielo,
las nubes señalan nuestros vicios
con una piel esponjosa y húmeda,
y a los tipos como yo no nos sienta mal que llueva,
fumando mientras el papel se empapa:
Porque burlarse de los elementos
debe otorgar un placer semejante
a cuando te burlas de mí.
Pero soy un tipo sencillo.
Cuando me veo con pocas contradicciones
las saco de los cubos de basura
con unos guantes de piel
-aquella que he dejado por las esquinas
prostituyéndose,
para pagarte otra universidad a fuerza de sonrisas-.
El problema es que ando demasiado
con un abrigo dos tallas más grande.
Y voy arrastrándome,
girando bruscamente,
si canta un pájaro
o cambia de color algún semáforo.
Pero en el caso de que esto ocurriera
un autobús pasará entre nosotros
y nada de esto habrá ocurrido,
a veces por tu culpa y otras por tu culpa,
al otro lado de la carretera.
Respetar demasiado las señales
hará que algún día nos atropellen
y solo llorarán las prendas de ropa
que siguen encerradas en casa.

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