miércoles, 27 de julio de 2011

Hacéis de un hombre enloquecido un hombre enfurecido.

Dicen que me repito.
La gente,
el público,
me reprocha que hablo siempre del mismo tema.
Que hablo siempre de ella,
de cuanto me encanta,
de que quizás estoy demasiado loco,
y le dedico todos y cada uno de mis versos y palabras.

¿Acaso vosotros la habéis visto?
¿Acaso vosotros la habéis tenido entre vuestros brazos?
¿Habéis sentido el desgarrador placer de su piel contra vuestra piel?
¿Os ha derrotado su mirada y esclavizado su sonrisa?
¿Os ha besado?

¿Habéis escuchado su voz cerca de vuestra nuca?

Si escribo sobre ella,
y no sobre el mundo,
sobre lo injusto y cruel que la nueva remesa de humanidad se va sirviendo poco a poco,
tened en cuenta que lo hago porque al fin he encontrado algo por lo que valga la pena
                                                                                                                       luchar.

Y no sois vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario