martes, 9 de agosto de 2011

El clima de las entrañas.

Cuando llega la hora de meditar
uno contempla lo que le rodea.
¿Serán tan azules las entrañas de La Tierra?
¿Y de un olor tan dulce sus pies?
¿Pasaremos la mano por su cabeza
y sentiremos cada hebra sobre la palma?
¿Disfrutaremos de su canto
y nos enamoraremos de su mirada?
¿Cómo serán sus abrazos?
¿A qué sabrá su poesía?
Ay, si amara tanto a La Tierra
quizás no quisiera destruirla
cuando te aleja de mi lado
cuando te aleja de mi vida.

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