lunes, 8 de agosto de 2011

La fábula.

Esto era un hombre
que llevaba todo el día
esperando el autobús.

Un autobús que lo llevara
a ninguna parte.
Un autobús misterioso
con música alegre
y a la vez
melancólica.
Un autobús sin frenos
y siempre cuesta abajo
cuyo camino
acabara en una rampa
y le hiciera volar.

Mientras esperaba
una chica se puso a su lado
y le dejó un beso
en la mejilla.

Era un beso
que no llevaba a ninguna parte.
Un beso misterioso
de sabor alegre
y a la vez
melancólico.
Un beso sin frenos
que le hizo ir cuesta abajo
cuya mirada
acabó en amor
y le hizo volar.

Cuando pasó el autobús
lo miró de refilón
puso un pie dentro,
y una mano fuera.
El caro billete bajo el brazo,
la maleta llena de poemas.

-¿Me esperarás?
Le preguntó.
-Te esperaré lo que haga falta
si nos hemos estado esperando
toda la fábula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario