lunes, 31 de octubre de 2011

9

Mira.
Mira como corre la enfermera, angustiada como una carcajada.
¿Sabes a qué sabe la casualidad?
No lleva faldita corta, pero querría llevarla. Las piernas desdibujadas, ocultas bajo la tela blanca. Tiene la misma importancia que una errata, que una gota aplastada por un dedo, que no por una lengua.
Mira como huyen distintos pasos como si tuvieran opiniones, como si hubiera tesoros bajo las lumbres de la esperanza, seis colores distintos crujiendo como el algodón, desafilado el cuchillo que les da de comer y tanto les duele.
Una aspirina para el cuerpo, otra para el alma.
Las escalas de la inteligencia, sin acordes, se resienten y suenan a embrocado caos de mala praxis.
Soy el mejor silencio del mundo, pero nunca te has parado a escucharme. 
No, no, no, no...
Las sábanas revoloteadas bailan con su amante el viento, ambos desnudos, ambos eternos. Y solo un niño las contempla, solo un niño padece comprender.
Mira.
La música le toca el hombre y le masculla
Aún se contiene la noche y ante ti el paisaje camina, posándose con la figura del té, con la figura de una dama, y un aliento, el tuyo, la despierta y poco a poco, las piernas chorreando maná, bebes, vives, y ves.
He visto hombres lanzar sus vidas como balas, y han salido ilesos.
La corrupta zarpa de un hombre muy humano saja la oniria. Los cuentos se van sobreescribiendo, y lo que ahora ve acompañado de una luz tenue, en el futuro,  serán los recuerdos de ayer que vuelven envueltos en misterio.
Las piezas del puzzle encajan. A fuerza de puñetazos.
Las falditas no cortas se inquietan.
-Roberto... Treinta y un años... Paralisis casi completa de cintura para abajo. Es imposible que haya salido de aquí.
¿En qué se diferencia un gemido de un desaliento?
-Las cámaras no dicen nada... Pero la ventana está bien abierta...
¿Sabes a qué sabe la casualidad?
-Pero... señor... Esto es un décimo piso...
Bebe...
Bebe de mí... Embriágate... 
Emborrachate con el néctar que golpea tu corazón.
Dom apenas tenía 10 años, pero la voz de la inspiración ya le había marcado su futuro. Sería inspector.


2 comentarios:

  1. Muy interesante tu relato, la verdad es que me impresionan mucho las imágenes surrealistas... no me recuerdan al surrealismo, mas bien a una irrealdiad más estética pero con un punto entre justo y abismal de desgarro. Son muy impresionantes las imágenes que vas pintando a fuerzas de fleshes instantáneos. Muy bruscos los cambios, muy chocante todo, bello, pero chocante... se intuye un hilo del relato pero por palabras no por argumento propio. Lo que da una sensación de lluvia de ideas, "imágenes" metafóricas, entrecortadas. Los cambios de lenguaje y registro; por un lado antitéticos, tan de repente objetivos, casi mecánicos, a ensamblardos con juicios de valor tan nítidos como ocurre que cren una unidad muy coehsionada ("Mira como corre la enfermera, angustiada como una carcajada.")Pero en conjunto la sensación que transmite es muy agradable.
    La verdad es que das mucho juego, se nota ya un estilo propio (más por el tono), pero falta claridad, demasiada profusión de ideas, epítetos.... que embellecen pero lo hace rocambolesco.

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  2. Sorry por las erratas.... -.- por qué no ponen lapiz y papel ....

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