miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cientos de voces para una misma boca.

¿Me tumba el qué? ¿El frío? Yo soy el frío...
Qué importa la alfombra si solo siento el suelo
y el vino se derrama a mi lado expandiéndose,
continuo y eterno peligro de morir ahogado,
vivo, loco, con cientos de voces que dicen
no podrás salir hasta que no escribas sobre mí.

Como rugen las ventanas con furioso ulular
el flash de la tormenta haciendo fotografías
a los dedos de madera impresos en las paredes
y yo queriendo solo lenguas que me devoren
vivo, loco, las cientos de voces que dicen
no podrás salir hasta que no escribas sobre mí.

Los pájaros esperan sollozando al monstruo
y yo escalo las paredes con lápices afilados
donde duermo con tus ojos dulcemente míos
para que al despertar quede escrito en el techo,
vivo, loco, tus cientos de voces que dicen
no podrás salir hasta que no escribas sobre mí.

¿Sobre ti? Pero tu cuerpo está tan lejos...
Déjame dormir, por si te viera en mis sueños.

1 comentario:

  1. Los dos primeros versos me encantan.
    Aún así, te patearé los huevos espetando otro "¡Feliz Navidaggggg!"

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