Cuando te encontré niña
te invité a mil cuentos.
Ahora andas como adulta
eligiendo trajes propios,
y cuentan tus cabellos
las hojas de los árboles,
acumulando en el suelo
los versos marchitos
aplastando a los suaves.
¿Anduviste de anciana
ignorando las páginas?
Páginas a ras de tu suelo
olvidarán mis palabras.
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