miércoles, 22 de febrero de 2012

Una cura contra la bipolaridad

Si amas a Amelie
porque odias a Amelie
de tanto amarla
pero odias cuando la odias
y cuando te odia la amas,
y si te ama la odias,
tengo la solución:
Ama y odia,
al gnomo de jardín
cuando vuelva de su viaje.
Fotografíate, "ou & quand",
recorriendo las flechas,
reescribiendo las cartas,
recogiendo del suelo el álbum de caras,
y dibuja, que quizás,
hoy no lo quieres saludar,
hoy no lo esperas,
pero si no aparece mañana,
secuestrado por terroristas,
te morderás las uñas
como te morderá el poema:
"Sin ti las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer."
Y mientras el tren traquetea
con la puerta cerrada,
si al darte la vuelta,
te lo encuentras,
te digo, pequeña mona,
que la cura de la bipolaridad
es la paciencia.

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