lunes, 2 de abril de 2012

hay cosas que a uno no le gusta decir por miedo a ser repetitivo

Perdido en la biblioteca
he conocido a un montón de señores amables
que te hablaban sin miedo a ser descubiertos.
No decían nada claro,
eran hombres normales.
Todos trabajaron en un campo de lechuzas,
o su vida tenía que ver con quedarse despiertos,
sostenidos en una rama,
contemplando la luna,
porque dormir consiste en contemplar
los ojos fijos de alguien que ya duerme,
me dijo uno de ellos
mirándose al espejo.
En ningún momento les dije que estaba allí
porque visto en perspectiva tú eras los estantes.
No me preguntaron.
Creo que lo sabían.

2 comentarios: