jueves, 24 de noviembre de 2011

Normas y faldas.

Me gustan las normas como me gustan las faldas.
Acariciarlas con la intención de una hoguera.
Dejar en inuendo el matiz acre de sus reflejos,
insistiendo en el aroma a anarquía que quiebra su espalda.
Y suena a ir gimiendo, a silencio mordido.

Mientras sube el pintalabios a tus mejillas
se deshacen mis latidos por tus piernas,
y conozco cada uno de tus secretos de niña.
Ahí a tus pies te alzaré, saxo, hacia la luna,
hacia la fría pared donde nuestros silencios se juntan,
donde nuestras lenguas se desnudan,
y un río de lava unirá en suspiros
mis dedos
                 con tu espalda.

Y tus labios mordidos me darán la razón.

Tu boca dispara a quemarropa
y tu boca me salva la herida.
Sshh... deja en mis caricias tu fragancia.
Bailemos sobre la anécdota que dejaremos descansar sobre la cama.

Oh... Me gustan las normas como me gustan las faldas.
Que con un delicado verso pueda violarlas.




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