sábado, 25 de febrero de 2012

Ocho horas de sueño

Dormir sería más sencillo si no me hubieras dejado despierto toda la noche.
Pero hoy no.
Mis ojos abiertos para tus ojos cerrados.
No esta noche.
Mi boca abierta para tu boca cerrada, en composición, estallidos, fin del mundo, o partitura.
Hadas y duendes recaen en tus mejillas, en tus dedos. Traviesos, desordenan tus cabellos. Cuando te levantes, te creerás loca. Pero no, fueron las hadas y los duendes.
No tendré voz. Te..
Dios se te acumula en el silencio.

No podré dormir nunca jamás.

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